Linea erotica Mistress

Libre y sin complejos

Relato de un Sumiso

Una vez estuve con una tía a la que le gustaba el sado telefónico, el rollo bondage, la dominación financiera y esas cosas. La verdad es que es un mundo aparte que parece no tener fin… Se te abre la mente ¡y hay tantas cosas que se pueden probar! En esa época entendí que, inexplicablemente, lo que más me pone es someterme a una dominatrix y que me machaque, que me torture como ella quiera.

Me pone súper cachondo la humillación verbal, es decir, que me insulte, que me domine y me dé órdenes… incluso que me haga un poco de daño. Al final el dolor se acaba convirtiendo en placer y la verdad es que me pongo durísimo, sólo de imaginarlo, ya se me pone dura. Es un juego tan pervertido y morboso que no puedes parar y aunque te parece que pierdes el control, ella lo tiene todo dominado, estás completamente sometido.

Desde hace unas semanas llamo a una linea erotica sado. Me lo paso genial. Hay una dominatrix llamada Susy que es increíble. Me dice las cerdadas que mi mujer no me diría ni borracha, la verdad que me ponen como una moto. Es mi Ama, mi diosa.

Me machaca, me patea el culo y yo me imagino cómo me la mete y me hace daño hasta que me corro a presión. Una pasada. No pensaba que la humillación verbal diera tanto juego. Lo bueno es que nadie me mira raro ni me juzga por nada de lo que pase entre nosotros.

Llamar a una linea erotica Mistress es discreto y muy morboso, porque son auténticas Dominatrix, Amas, mujeres dominantes, abiertas, con experiencia y sin miedos, ellas son expertas en dominación, yo aprendo cada día.

Una dominatrix hace lo que quiere y, al margen de lo que hacemos por teléfono, por supuesto me pajeo siempre recordando las conversaciones que tenemos… Las tengo en la cabeza todo el día, me hago pajas en la oficina, incluso en casa cuando mi mujer está durmiendo. Cuando colgamos me siento un hombre sumiso nuevo, no solo por la adrenalina y el sexo, sino por haberme corrido como un cerdo.

Es como una terapia sexual, una forma distinta de desahogarme y olvidarme del mundo, de ver la realidad con otros ojos, de sentirme identificado con mi verdadera naturaleza de hombre sumiso, perruno y esclavo. Desde que llamo a esta linea erotica mistress me siento liberado y feliz.